Si a simple vista todo lo que vemos es un grupo de jóvenes muy jóvenes con tendencia a pasar mucho tiempo mirando pantallas y prácticamente no cruzando palabras entre ellos, entonces no estamos tan desorientados. La “generación alpha” (es decir, todos aquellos nacidos a partir de 2010) no concibe un mundo sin redes sociales ni un dispositivo entre sus dedos para alcanzar todo lo que quieren en un plazo homogéneo: “ya mismo”.
El desafío, entonces, es que nuestras marcas sean capaces de atender esa demanda inmediata, exigente y, para poner también los aspectos positivos, que crece a un ritmo exponencial. La pregunta a esta altura resulta inevitable. ¿Podemos generar estrategias específicas de marketing y comunicación para un público que, como mucho, tiene quince años de edad, con el que nos separa un salto generacional y con los que corremos el riesgo de ser esos tíos cool que intentan copiar (sin éxito) la forma en la que hablan? La respuesta es: no sólo podemos…. ¡Debemos!
Si ponemos una lupa sobre lo que ocurrió en 2010, hasta podríamos decir que lo digital está en sus genes: ese año nació Instagram, se lanzaron el iPhone 4 y el iPad (la señal de largada para una nueva era de la movilidad inteligente) y, por si todo eso fuera poco, la American Dialect Society decidió que la palabra del año fuera “app”.
Todo esto explicaría buena parte de las características de esta generación:
– A partir de los diez años superan a sus padres, en su mayoría millenials, en habilidades digitales (según dato de SAP Concur).
– Se prevé que tengan un nivel educativo superior a la generación Z por la facilidad con que acceden a la información.
– Tienen un mayor nivel de conciencia y mayor capacidad autonómica desde jóvenes debido al acompañamiento tecnológico. Esto hace que se conviertan en consumidores más rápidamente.
– Prefieren la comunicación visual a la escrita y la escrita a la verbal.
Y aprovechamos este último punto para ligar con estas otras características que no se pueden perder de vista, en especial si queremos poner nuestra marca en el radar de la generación alpha:
– Con 2.000 millones de personas son, según una estimación del New York Times, el grupo demográfico más numeroso del planeta.
– Necesitan productos y servicios hiperpersonalizados.
– Resuelven todas sus necesidades a través de dispositivos tecnológicos, incluyendo las compras.
– Sus prioridades son ayudar a las personas, tratar a todos por igual, la diversidad y la sostenibilidad (de acuerdo al informe Generation Alpha: The Real Picture, de la compañía experta en audiencias GWI).
Por lo tanto, nos llegó la hora de poner manos a la obra. Los integrantes de la generación alpha son los compradores del futuro inmediato y, además, quienes ejercen una enorme influencia sobre sus padres para obtener “ya mismo” lo que desean. Dicho en términos numéricos, son 2.000 millones de potenciales nuevos clientes.
Para acercarnos a ellos, no alcanza un posteo cool en las redes o con tratar de reproducir fallidamente el meme del momento. Debemos apostar a lograr una verdadera conexión, a través de, por ejemplo, acciones que los involucren con alguno de esos valores que tanto los atrae. La incorporación de estrategias de gamificación, es decir, el uso de herramientas propias de los videojuegos a favor de nuestros objetivos de negocio, podría convertirse en una pieza clave en este proceso.
¿Vemos un grupo de jóvenes muy jóvenes con tendencia a pasar mucho tiempo mirando pantallas? Entonces es hora de encontrar la forma de que comiencen a mirar nuestra marca.
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