“Resulta que estaba charlando en un café sobre las ganas que tenía de ir Corea del Sur, entro en TikTok y, adiviná qué… ¡Había un video sobre el precio de pasajes baratos a Corea del Sur!”. Palabras más, palabras menos, todos hemos mantenido (o escuchado) una conversación así. Y si se impone la hiperpersonalización basada en inteligencia artificial (IA), esto podría profundizarse.

Antes de calzarnos el sombrero de papel aluminio para proteger al cerebro de los campos electromagnéticos que nos lanzan las malévolas redes sociales para escuchar todo lo que charlamos, respiremos profundo, dejemos que las paranoias se diluyan un poco, veamos de qué se trata esto y, lo más importante, tratemos de sacar ventaja.

La realidad es que los algoritmos nos ofrecen cosas cada vez más cercanas a nuestros intereses en base a datos que nosotros mismos les dimos. ¿Vieron ese molesto cartelito que dice “aceptar” y un montón de cosas sobre cookies que apretamos casi sin mirar porque nos tapa el contenido? 

Bueno, en ese pequeño gesto estamos autorizando que observen la actividad que hacemos en los espacios virtuales y que usen esa información para ofrecernos productos y servicios personalizados en función de nuestros gustos e intereses. 

Para llevarles un poco de tranquilidad en este momento mientras revisan el historial de internet: hay leyes de protección de datos para que toda esa información no le llegue en crudo a nuestro vecino más chismoso.

Pero basta de hablar de nuestros miedos y concentrémonos en las oportunidades. Estamos usando toda esa información para fortalecer nuestro negocio? No nos podemos quedar dormidos porque esto avanza a toda velocidad: tal como anunciamos en las primeras líneas de esta artículo, se viene la era de la hiperpersonalización. 

Todo parece indicar que el futuro del marketing es 1 a 1: tenemos tantos datos y la IA es tan capaz de analizarlos y procesarlos todos, incluso en tiempo real, es decir, en el mismo momento en que se generan, que podemos llegar a cada persona con el mensaje adecuado en el momento oportuno.

Esta habilidad no se limita a ayudarnos a vender: también permite a las marcas crear conexiones significativas con los consumidores. Tampoco debemos creernos que estamos hiperpersonalizando porque programamos que cada correo electrónico de nuestro e-mail marketing salga con el nombre del destinatario en el cuerpo del texto.

La hiperpersonalización es mucho más que eso. Es la posibilidad de entregar recomendaciones exactas para las preferencias del cliente, segmentar en función de patrones de datos para lanzar campañas específicas para determinados individuos o grupos o crear anuncios que se adaptan en tiempo real a las interacciones que va teniendo cada usuario.

¿Por qué deberíamos estar trabajando en este tema? Algunos datos para tener en cuenta:

– La consultora McKinsey reveló en un informe de 2023 que el 76% de los consumidores se sienten frustrados cuando no encuentran la personalización.

– Twilio detectó que el 60% de los líderes considera que la personalización es una manera efectiva de conseguir nuevos clientes.

– La misma encuesta les da la razón: el 56% de los consumidores está dispuesto a volverse comprador habitual de una marca si la experiencia de personalización es positiva.

Hay que poner manos a la obra. Si logramos el equilibrio adecuado en la combinación entre nuevas tecnologías + creatividad + estrategia podemos hablarle a cada uno de nuestros clientes como si fuera “el” cliente. Y podemos también encontrar el tono exacto para no incomodarlo ni asustarlo: si le ofrecemos pasajes baratos para Corea del Sur (cada uno rellene aquí con lo que vende), que en lugar de pensar en intrigas internacionales concentradas en su teléfono celular, se emocione por haber recibido justo lo que necesitaba en el momento en que lo necesitaba.

Justo estabas pensando en este tema cuando te apareció este artículo? No te estábamos espiando… sabíamos que lo necesitabas.